GIOCONDA-ESFUMATO
Leonardo da Vinci estaba obsesionado con alcanzar la
perfección, siempre mejorando su técnica pictórica. El Papa León X se quejó de
que ”¡este hombre nunca llegará a ningún lado!” ya que Leonardo prefería
inventar un nuevo barniz a comenzar la última obra que le habían encargado. La
Gioconda (también conocida como La Mona Lisa) es una obra (en teoría)
inacabada. La inicó en 1503 y le dedicó 4 años, pero según cuentan nunca la dio
por acabada, por lo que regresó a ella muchas veces durante toda su vida. El
esfumado es un efecto vaporoso que se obtiene por la superposición de varias
capas de pintura extremadamente delicadas, proporcionando a la composición unos
contornos imprecisos, así como un aspecto de vaguedad y lejanía; da una impresión de profundidad en los
cuadros.” Los investigadores han determinado la composición y el grosor de las
capas de pintura en la cara de La Mona Lisa, así como en otras seis pinturas de Leonardo en el Louvre. Leonardo
logró una capa de esmalte marrón casi transparente encima del sonrosado de la
mejillas de La Gioconda cuyo espesor es solo de 2-5 micrómetros (en la parte
más delgada) y hasta 30 micrómetros (en la parte más gruesa). Este esmalte
marrón es un pigmento terroso de óxido de hierro oscurecido con óxido de
manganeso. Estos materiales fueron muy utilizados en el Renacimiento, pero el
control del espesor de la capa de pigmento que logró Leonardo es excepcional.
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