jueves, 7 de junio de 2012

GIOCONDA-ESFUMATO


Leonardo da Vinci estaba obsesionado con alcanzar la perfección, siempre mejorando su técnica pictórica. El Papa León X se quejó de que ”¡este hombre nunca llegará a ningún lado!” ya que Leonardo prefería inventar un nuevo barniz a comenzar la última obra que le habían encargado. La Gioconda (también conocida como La Mona Lisa) es una obra (en teoría) inacabada. La inicó en 1503 y le dedicó 4 años, pero según cuentan nunca la dio por acabada, por lo que regresó a ella muchas veces durante toda su vida. El esfumado es un efecto vaporoso que se obtiene por la superposición de varias capas de pintura extremadamente delicadas, proporcionando a la composición unos contornos imprecisos, así como un aspecto de vaguedad y lejanía;  da una impresión de profundidad en los cuadros.” Los investigadores han determinado la composición y el grosor de las capas de pintura en la cara de La Mona Lisa, así como en otras  seis pinturas de Leonardo en el Louvre. Leonardo logró una capa de esmalte marrón casi transparente encima del sonrosado de la mejillas de La Gioconda cuyo espesor es solo de 2-5 micrómetros (en la parte más delgada) y hasta 30 micrómetros (en la parte más gruesa). Este esmalte marrón es un pigmento terroso de óxido de hierro oscurecido con óxido de manganeso. Estos materiales fueron muy utilizados en el Renacimiento, pero el control del espesor de la capa de pigmento que logró Leonardo es excepcional.

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